Te quise cuando te tuve
te amé cuando te fuiste
te añoré cuando te recordé.
Te tuve entre mis manos
y como pegaso te fuiste.
Cuando te había olvidado
entraste en mi corazón
y como el caballo de Troya
me desarmaste por dentro
e indefenso me dejaste.
¡Ojalá hubiera tenido el escudo
que tu mirada rebotase
y así verte convertido a ti en piedra
y no a mí destrozado!
No en vano recogí mis pedazos
y renací de mis cenizas.
Ahora poseo el escudo y una muralla
hecha con ellos,
te amé cuando te fuiste
te añoré cuando te recordé.
Te tuve entre mis manos
y como pegaso te fuiste.
Cuando te había olvidado
entraste en mi corazón
y como el caballo de Troya
me desarmaste por dentro
e indefenso me dejaste.
¡Ojalá hubiera tenido el escudo
que tu mirada rebotase
y así verte convertido a ti en piedra
y no a mí destrozado!
No en vano recogí mis pedazos
y renací de mis cenizas.
Ahora poseo el escudo y una muralla
hecha con ellos,
una que no derribarás.
Diego Carrizo