Cometí errores, mil errores, pero no fueron conducidos por la maldad, ni con intención.
Fueron errores como resultado de una equivocación, de un mal uso de la mente o quizás del corazón.
Fueron errores erróneos, errores que marcan un antes y un después, errores que dañan y te dañan, errores que no se olvidan y siempre te acompañan…errores que…mil errores.
Y aunque errores son, peores existen que no tienen siquiera solución y es que mis errores son algo menores.
Aún así no puedo dejar de hundirme en una profunda melancolía, pues mi corazón bombea desacompasado y mi mente ya ni me mira.
Encerrada en un mundo ajeno a la realidad, intento llamar la atención de mi mente y caminar de la mano de mi corazón.
Intento, tener uno, aunque sea sólo uno junto a mis acciones en armonía, pues siempre te sorprenden con rebeldía, y entonces…sólo entonces…se cometen errores… mil errores.