sábado, 21 de abril de 2007


FUERON MIL


Cometí errores, mil errores, pero no fueron conducidos por la maldad, ni con intención.
Fueron errores como resultado de una equivocación, de un mal uso de la mente o quizás del corazón.

Fueron errores erróneos, errores que marcan un antes y un después, errores que dañan y te dañan, errores que no se olvidan y siempre te acompañan…errores que…mil errores.

Y aunque errores son, peores existen que no tienen siquiera solución y es que mis errores son algo menores.

Aún así no puedo dejar de hundirme en una profunda melancolía, pues mi corazón bombea desacompasado y mi mente ya ni me mira.

Encerrada en un mundo ajeno a la realidad, intento llamar la atención de mi mente y caminar de la mano de mi corazón.

Intento, tener uno, aunque sea sólo uno junto a mis acciones en armonía, pues siempre te sorprenden con rebeldía, y entonces…sólo entonces…se cometen errores… mil errores.
A.M.O.

martes, 10 de abril de 2007

El abanico





El abanico que suavemente desnudaba tu rostro de perfil, no de frente, dejó que viera, o al menos imaginara, esa rosa sonrisa.

El aleteo del abanico describía un movimiento que haría desvanecer de envidia a la más hermosa de las mariposas.

Y no te enteraste. No posaste sobre mi escondida silueta esos enormes trozos de mar que me hubieran hecho morir de nuevo.

Y el teatro continuaba, y ese exquisito guante de nata que cubre tus delicadas manos no se cansaba de abanicar.

El único rizo azabache que escapaba del recogido que culmina siempre tu figura,ondeaba cual bandera, mientras mirabas con desgana la inacabada función, interminable.

Sin poder apartar de tu angelical figura la mirada, quedé toda la noche extasiado, y aún hoy te sueño y en mi sueño siempre apareces con tu abanico, abanicando.


Luna Roja

¡Adiós, Carmen!

¡Adiós, Carmen!
Digo "adiós" y ni siquiera dije "hola".
¡Adiós!, sin haberte saludado antes.
Casi te conocí ayer
y me doy cuenta de que no llegué a hacerlo.
Cuando quise decirte ¡hola!
ya te habías ido.
Dejaste atrás a tus familiares y amigos.
Los dejaste con el llanto cuando te ibas
y con una sonrisa a tu vuelta los encontrabas.
Toda tu vida dedicaste a los pobres,
dejando la tuya propia al margen.
Toda una vida preocupada por los demás.
Y cuando al fin te preocupas por ti,
una enfermedad te lleva.
No te conozco en persona,
pero al oir hablar de ti a tu sobrina,
mi gran amiga,
siento que te conozco más de lo que desearía.
Ya sólo me queda resignarme a escuchar hablar de ti,
pues tu voz se volverá a oír.
¡Adiós, Carmen!
Cuida ya de ti
y disfruta de tu gran ansiado encuentro con Dios.
Diego Carrizo

Olas

Sube la marea y te ahogas
te ahogas y renaces
renaces en el silencio de tus lágrimas
y recuerdas doloroso el pasado
el pasado de otra vida
el pasado del pasado
y tienes pensamientos
pensamientos del futuro

¡Quieto!

Mira las olas
son el presente
y es que a veces es mejor no buscar
no pensar

Sólo mira las saladas olas
las dulces olas del mar
Lara Caldas

Sueño

No encuentro mejor viaje
que el que hago cuando bajo
las persianas de mis pupilas.

Durante unos retazos de tiempo,
puedo olvidarme de un mundo
de calles sin esquinas
que prometen parques
y no son otra cosa que callejones,
para llegar a otro planeta
que sepa a chocolate
y huela a menta.

Donde los peces puedan,
si quieren, nadar en bicicleta
y los osos tomen el sol
sin necesidad de autobronceador;
las espinas de las rosas
sean de terciopelo
y las nubes de algodón de caramelo
barridas por un viento que susurre versos.

Pero mis paisajes quedan enredados
cuando muere cada luna
en el lienzo blanco de las sábanas
y los párpados se resisten a vagar
por sendas sin salida.


María Flamarique Esparza

lunes, 9 de abril de 2007

Somos


Cuando despertamos esto huele a nuevo.
Arropados por un mundo feliz y protegidos
reímos y soñamos, aprendemos y descubrimos,
pero nadie nos toma muy del todo en serio.

En la flor de la vida abrimos camino
dotados de pasión en cada cosa que hacemos.
Intentando no caer nos labramos un destino;
entendemos lo justo, pero de todo sabemos.

Madura la fruta, olvidamos qué es soñar.
Todas nuestras luchas desistieron también.
Es cuando miramos a los relojes volar y
mintiendo decimos que nos vemos bien.

Pero pasa el tiempo y los días son largos;
untamos de recuerdos nuestros cálidos párpados.
Sobre los espejos que antes admiramos,
flotan cuerpos viejos, más que muchos trapos.

Una vez dormidos en profundo sueño,
gesticulamos por última vez,
imitando a los vivos con nostalgia eterna.
También por la boca muere la vejez.

Luna Roja.

miércoles, 4 de abril de 2007