martes, 10 de abril de 2007

Sueño

No encuentro mejor viaje
que el que hago cuando bajo
las persianas de mis pupilas.

Durante unos retazos de tiempo,
puedo olvidarme de un mundo
de calles sin esquinas
que prometen parques
y no son otra cosa que callejones,
para llegar a otro planeta
que sepa a chocolate
y huela a menta.

Donde los peces puedan,
si quieren, nadar en bicicleta
y los osos tomen el sol
sin necesidad de autobronceador;
las espinas de las rosas
sean de terciopelo
y las nubes de algodón de caramelo
barridas por un viento que susurre versos.

Pero mis paisajes quedan enredados
cuando muere cada luna
en el lienzo blanco de las sábanas
y los párpados se resisten a vagar
por sendas sin salida.


María Flamarique Esparza

1 comentario:

Anónimo dijo...

Impactante. Me encantó cuando lo leíste pero ahora, más despacio, lo aprecio mejor. Me gusta mucho, sobretodo eso de "calles sin esquinas que prometen parques", las comparaciones tan dulces y "el lienzo blanco de las sábanas"...Está genial.
Lo único que cambiaría es "sin necesidad de autobronceador" por "sin autobronceador" o "sin usar autobronceador".