martes, 1 de mayo de 2007

1+1=2




Vuelvo a ser un número uno solitario.
Hacía tanto que no lo era, que se me había olvidado.
No sé cómo pasear sin ir de tu mano,
ni cómo pedir una sola bola de helado.

Hubo otros que conmigo se sentaron
a ver pasar esas nubes, que hoy son tus manos,
pero yo seguía siendo uno
y nunca fuimos otra cosa que unos ligados.

Contigo ha sido distinto, y en este tiempo,
nos hemos sentido un dos, profundo y lleno,
porque hemos caminado sobre los sueños
y ante nuestros besos dulces pasaba el viento.

Por el futuro tiemblo: ¡es tanto el miedo!
¡Son tantos los cambios y tan ancho el cielo!
Veo pasar por las calles unos ligados,
incluso hay algún dos afortunado.

Luego me miro en el espejo y veo tu sombra,
la parte de mi que no está;
el número que falta, la cama que sobra,
el cepillo abandonado, sólo un par de pies en la alfombra.

Por las mañanas lloro y de noche me repito.
Durante el día soy fuerte;
ignoro el grito que en mi cabeza resuena
porque sé que hay que andar de cualquier manera.

A veces me encuentro pensando
que puede estar bien ser un uno solitario.
Que yo soy yo y conmigo me basto,
que no era por ti, sino contigo a mi lado.

Te has ido. Has borrado de nuestro cuaderno
ese número dos, ese infinito abrazo.
Pero a mi no me has borrado
y he de seguir haciendo camino, he de seguir caminando.

Luna Roja

No hay comentarios: