Es una sensación insaciable la que siento,
un vacío revuelto por el viento.
Somos frágiles como un cristal,
que cae y se estrella contra el suelo.
Ya no hay consuelo que valga.
En la ciudad vacía corre por las calles una nota fría.
Una nota de silencio que silencia a aquel que vacila.
La noche se acerca y no sé si hay nada que merezca la pena,
siento cómo me explotan las venas;
será que están sobrecargadas de penas.
No sé si llegará el mañana,
no sé si quiero que llegue,
puede que sea el fin,
puede que todo me ciegue.
David
2 comentarios:
¡Muy bien David! Ha sido una grata sorpresa ver tu poema en el blog.Sigue así. Hay imágenes que impactan y resultan originales. Yo suprimiría, en cambio, alguna de las rimas internas. Ya hablaremos.
¡Ánimo!
Ana
David, me gusta mucho el título. Eso de que tenga movimiento, además, está muy bien. Ya me enseñarás.
Ana
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