martes, 29 de mayo de 2007

Desde mi ventana.




Puedo ver el sol esconderse,
asustado por tus ganas de llorar.
Gritas en un intento de hacerlo pero no lo consigues…
De nuevo lo intentas, esta vez con más fuerza.

Y lloras, sí, y lo haces con tal estruendo que ya estás sola.
Sólo te acompañan tus lágrimas, las mismas que inundan las calles de soledad y de tristeza,
las que nos hacen ver la realidad en blanco y negro, pues la tiñes con tus sollozos.

No llores, pues tu tristeza es la nuestra,
porque cuando tú lloras, todos lo hacemos.
Aunque sea solo por dentro, nos empapas de melancolía.

Ahora te observo desde mi ventana, y lloras…
sigues llorando…
Cuéntame cuál es la razón de tus penas
para poder compartirlas con las mías y juntas, poder llorar,
una desde abajo y otra desde arriba…




A.M.O




4 comentarios:

Luna Roja dijo...

Me gusta, me gusta mucho eso de que hables con una nube, o al menos así lo he interpretado, como si fuera una amiga, casi una hermana.Y me he dado cuenta que hasta en el nombre, pareces estar cerca de ellas. Ángela, mereces el cielo, pero recuerda que si no sonríes la luna no será luna. Un nublado y esponjoso beso de hermana

Anónimo dijo...

Es una poesía muy bonita, me gusta mucho deberías seguir escribiendo y se te da bien, me han entrado hasta las ganas de llorar que expresas en el poema.

Poetas del futuro dijo...

¡Hola, Ángela!

Coincido con Carmen y con Diego: tu poesía es bonita y original. He hecho algunos pequeños cambios; espero que no te importe.
Gracias por haberla colgado, por haber participado en nuestro grupo y por haberte lanzado a compartir lo que escribes. Espero que el sábado la leas. Nos vemos en Aoiz.

Ana

Anónimo dijo...

Hola.

Me ha gustado mucho tu poema. Creo que tiene alma. Mi más sincera enhorabuena.
Me gustaría compartir contigo un poema de una poeta polaca, Wislawa Szymborska, premio Nobel de literatura y mi escritora preferida, que también trata sobre las nubes. Te lo envío. Bueno, gracias por compartir tu poema en la red. De nuevo, enhorabuena.
Santi.


LAS NUBES

Con la descripción de las nubes
debería darme mucha prisa,
después de una milésima de segundo
dejan de ser ésas y empiezan a ser otras.

Es propio de ellas
no repetirse nunca
en formas, matices, posturas y orden.

Sin la carga de ningún recuerdo
se elevan sin problemas sobre los hechos
¡De qué van a ser testigos!,
en un segundo se disipan en todas direcciones.

En comparación con las nubes
la vida parece tener los pies sobre la tierra,
se diría que es inmutable y prácticamente eterna.

Frente a las nubes
hasta una piedra parece un hermano
en el que se puede confiar
y las nubes, nada, primas lejanas y frívolas.

Que exista la gente si quiere,
y después que se muera uno tras otro,
poco les importan a las nubes
esas cosas
tan extrañas.

Sobre toda Tu vida
y también la mía, aún incompleta,
desfilan pomposas igual que desfilaban.

No tienen la obligación de morir con nosotros.
No necesitan ser vistas para poder pasar.


de Wislawa SZYMBORSKA