martes, 22 de mayo de 2007




Mareas de agua brotan de mi cintura.
El aire fresco empapa mi pelo
y un melancólico cosquilleo corre por mi columna.
Una vuelta, un recuerdo, un paseo...
es sólo una playa, tan sólo una vida.

Calles plagadas de juegos fantasma,
piedras que rompen la orilla,
malecones infinitos como el mar,
caras y ruidos que vagan en mi orilla
invaden, chocan...
Y a ritmo de vals se retuercen en mi cabeza.


Siluetas de colores pastel, que yo sé, nunca serán,
y sombras felices de un tiempo donde el sol ya no alumbra.
Sin saber si fue verdad, te diré
que a pesar de no ser perfecto,
sé que fui feliz.




Nadia Velasquez.


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